En un rincón de la Alameda Mariano Escobedo en Monterrey, cada sábado se reúnen decenas de comerciantes de origen huasteco para ofrecer una deliciosa variedad de productos y alimentos provenientes de la Huasteca, una región rica en cultura y tradiciones que abarca partes de San Luis Potosí, Hidalgo y Veracruz. Este mercado, llamado “Huextekapa tlanemaketl”, que significa “Comerciantes de la Huasteca”, se ha convertido en un punto de encuentro para los amantes de la comida tradicional y una ventana a las costumbres de las comunidades indígenas que participan en él.
La Magia del Mercado de la Cooperativa
El mercado se compone de alrededor de 25 puestos ubicados en la esquina de Villagrán y Aramberri, todos con toldos azules uniformados y organizados. Los comerciantes, principalmente migrantes nahuas y tének, viajan cientos de kilómetros desde sus comunidades en San Luis Potosí, Hidalgo y Veracruz para llegar a Monterrey. Estos viajes, que pueden durar hasta ocho horas, reflejan el compromiso de estas familias con la tradición y la necesidad de compartir sus sabores de origen huasteco con el mundo.
En el mercado se pueden encontrar todo tipo de productos, desde enormes tamales zacahuil, que pueden pesar hasta 50 kilos, hasta bocoles, tortillas gruesas y redondas hechas con maíz y manteca. También hay pemoles, suaves galletas cocidas en horno de barro, y pemuches o pichocos, fruto de un árbol considerado sagrado en Mesoamérica, que se cocinan con frijoles negros, epazote y chile.
Gastronómica Estilo Huasteco en Expansión
El auge de este mercado es un reflejo del creciente impacto de la cultura huasteca en Monterrey. Hasta hace unos años, estos platillos eran prácticamente desconocidos en la ciudad, pero la migración de comunidades indígenas ha traído consigo una riqueza cultural que ahora es parte del mosaico gastronómico regio. El sociólogo Víctor Zúñiga, cliente frecuente del mercado, describe la experiencia como “altísima gastronomía” estilo huasteco, destacando la autenticidad y calidad de los alimentos que se ofrecen.
El mercado no solo vende alimentos preparados, sino también productos orgánicos, como chayotes, cilantro criollo, yucas y vainas de lentejas. Incluso hay queso fresco moldeado en forma redonda, que es un ingrediente esencial para las enchiladas estilo huasteco, distintas a las típicas del norte. Este queso es uno de los productos más populares, al igual que el pan dulce, que incluye roscas azucaradas y esponjosas tiras en forma de trenza.
Convivencia de Culturas y Migración
La presencia de estos comerciantes en la Alameda Mariano Escobedo representa más que una simple venta de alimentos de sabor huasteco. Es un testimonio de la creciente migración interna en Nuevo León y la integración de comunidades indígenas en la ciudad. Hasta finales del siglo XX, el tema indígena era poco explorado en la región, pero el siglo XXI ha visto un aumento significativo en el número de hablantes de náhuatl y otras lenguas indígenas en las colonias, fábricas y universidades de Monterrey.
Efrén Sandoval, antropólogo del CIESAS, comenta que este tipo de mercado étnico es una expresión de la diversidad cultural en una ciudad en constante crecimiento. “Monterrey, como una gran ciudad, se tiene que ir diversificando, y éste es un ejemplo de ello”, afirma. La comida, según Sandoval, es uno de los elementos más resistentes al cambio cultural, pero mercados como “Huextekapa tlanemaketl” demuestran que las barreras pueden romperse y las culturas pueden convivir.